El clima de tensión que existe actualmente entre China, Taiwán y Estados Unidos mantiene a la industria de los semiconductores al borde de un abismo. De hecho, ningún otro mercado se vería tan afectado de forma directa como el de los chips si finalmente estos tres países llegasen a las manos (Estados Unidos ha mostrado en muchas ocasiones su apoyo incondicional a Taiwán si China lo atacase).
Este conflicto es muy serio. Tanto, de hecho, que a principios del pasado mes de agosto Mark Liu, el director general de TSMC, declaró que si finalmente China decide invadir Taiwán la compañía que dirige paralizaría inmediatamente sus fábricas. No obstante, este ejecutivo también vaticinó que el mundo quedaría expuesto a problemas mucho mayores que el colapso del mercado de los semiconductores debido al impacto que tendría este conflicto en el orden mundial.
Muchas compañías de tecnología han mostrado su preocupación bien de forma directa, bien a través de las decisiones que están tomando. Sin ir más lejos Apple, AMD y NVIDIA, que son tres de los mejores clientes de TSMC, están respaldando la construcción de la planta que esta última compañía está poniendo a punto en Arizona (Estados Unidos). Y no cabe duda de que su muy probable apoyo económico ha influido en la decisión de multiplicar casi por cuatro su inversión inicial en esta fábrica.