Los errores se pagan, y Alphabet acaba de darse cuenta por las malas. La empresa matriz de Google ha perdido cerca de 100.000 millones de dólares en su capitalización bursátil. El culplable tiene nombre propio: Bard, su competidor de ChatGPT.
Demasiadas dudas. La presentación esta semana de Bard ha sido demasiado ambigua y tímida. Dieron pocos detalles en su blog inicial, y el evento de ayer fue decepcionante porque apenas sí se mencionaron sus opciones y su despliegue. Los responsables de Google apenas sí dieron detalles de su chatbot conversacional, que aparecerá de forma muy limitada en prestaciones y que además previsiblemente tardará semanas en poder ser utilizado de forma completa por todos los usuarios.
Los errores se pagan. Como señalan en Reuters, al anunciar la aparición de Bard en Twitter pusieron un ejemplo que demostró que Bard comete errores. En el vídeo a Bard se le pregunta «¿De qué nuevos descubrimientos del telescopio espacial James Webb (JWST) puedo hablarle a mi hijo de nueve años?».
En la respuesta Bard incluye la sugerencia de que el JWST fue usado para sacar las primeras imágenes de un planeta fuera del sistema solar (un exoplaneta), pero eso no es cierto: la NASA indica cómo esa imagen la tomó el Very Large Telescope (VLT) del European Southern Observatory en 2004. Hay que destacar aquí que se sabe que tanto Bard como ChatGPT y otras alternativas cometen errores, pero promocionar el servicio y que uno de ellos aparezca de forma tan patente fue sin duda un desliz.
Google pierde terreno frente a Microsoft. Esa actitud de Google de ir con pies de plomo en ese anuncio contrasta con una Microsoft que se ha mostrado mucho más dinámica y valiente a la hora de adoptar una evolución de ChatGPT tanto en Bing como en una prometedora nueva versión de Microsoft Edge. Aún queda algo de tiempo para su despliegue masivo, pero todo apunta a que su aparición se producirá con bastante adelanto sobre la de Google.
Caída en picado en bolsa. Esa indecisión y el error en el tuit parecen haber sido detonantes de una caída notable de las acciones de Alphabet, matriz de Google, en bolsa. Las acciones de la empresa perdían casi un 9% de su valor en pocas horas con un volumen que triplicaba el de los últimos 50 días. Las acciones habían perdido un 40% de su valor a lo largo de 2022, pero habían recuperado un 15% antes de la caída de estas últimas horas.
¿Puede realmente Microsoft competir con Google en búsquedas? La revolución planteada por ChatGPT en ámbitos como el de las búsquedas es enorme, y la rápida forma de actuar de Microsoft hace que algunos se pregunten si la empresa podrá convertir al nuevo Bing en un verdadero competidor del buscador de Google.
Google es mucha Google. Es cierto que llegar primero puede ser importante, pero no siempre es garantía de éxito. Google tiene un amplio bagaje en el ámbito de la inteligencia artificial y ellos mismos reconocieron que aun teniendo LaMDA —su gran compedior frente a ChatGPT— preparado, prefirieron no sacarlo para evitar un daño reputacional. Y sin embargo, hay que destacar que la «T» de ChatGPT viene de «Transformer», y ese concepto lo inventó Google en 2017. Algo de esto saben, y no habría que subestimar a este gigante.
Mucho que perder, poco que ganar. Como señalaba Colin Sebastian, analista de Baurd Equity Research, «Google tiene mucho más que perder que que ganar si se apresura a lanzar una inteligencia artificial generativa». Para Microsoft arriesgar no es demasiado problema porque apenas tienen cuota de mercado en el segmento de las búsquedsa. Google prefiere aquí controlar el impacto de un motor lanzado de forma prematura, y solo queda por ver, una vez se asienten las cosas, cuál de las dos empresas tenía razón y si hay una ganadora clara entre ellas… o aparece algún nuevo protagonista en este campo.