No solo en el aire, también bajo el mar se encuentra Internet.
El mundo está conectado a través de cables de fibra óptica submarinos que se extienden a lo largo de miles de millas en el lecho oceánico, y grandes actores tecnológicos como Google, Microsoft y Facebook están invirtiendo más dinero en estos cables para conectar sus centros de datos en todo el mundo.
A medida que la tecnología se vuelve más avanzada, estos cables submarinos seguirán siendo cruciales para manejar nuestra creciente necesidad de datos globales. Un mapa muestra la extensa red de cables que recorren los océanos, revelando la envergadura de esta infraestructura tecnológica.