El infarto del corazón, también conocido como ataque cardíaco, es una condición grave que ocurre cuando el flujo de sangre al corazón se obstruye, lo que puede llevar a la muerte del tejido cardíaco si no se trata rápidamente. Este problema suele ser causado por la acumulación de grasa en las arterias, lo que impide que la sangre llegue al corazón y se bombee al resto del cuerpo.
Es esencial reconocer los síntomas de un ataque cardíaco, que pueden incluir dolor intenso en el pecho, opresión en el pecho, dolor en el brazo izquierdo y cuello, sudoración profusa, fatiga extrema, náuseas y vómitos. Si experimentas alguno de estos síntomas, es crucial buscar atención médica de emergencia de inmediato.
La prevención también desempeña un papel vital en la reducción del riesgo de infarto. Esto incluye aumentar el consumo de pescado, frutas y verduras, reducir la ingesta de grasas de origen animal, dejar de fumar, mantener una rutina regular de ejercicio y llevar un estilo de vida saludable en general.
Recuerda que el tiempo es esencial cuando se trata de un infarto cardiaco. Si experimentas dolor intenso en el pecho, sudoración y náuseas, no dudes en buscar ayuda médica de urgencia, ya que podría ser un signo de un ataque cardíaco. La atención inmediata puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en estos casos.