Las muertes maternas en todo Estados Unidos se han más que duplicado en el transcurso de dos décadas, y esta tragedia se ha desarrollado de manera desigual.
Las madres afroamericanas tienen las tasas más altas de muerte en el país, mientras que los mayores aumentos en las muertes se encontraron en las madres americanas nativas e indígenas de Alaska. Además, algunos estados y grupos raciales o étnicos dentro de ellos tuvieron un desempeño peor que otros.
Estos hallazgos se presentaron en un nuevo estudio publicado el lunes en el Journal of the American Medical Association. Los investigadores examinaron las muertes maternas entre 1999 y 2019, pero no el aumento relacionado con la pandemia, en cada estado y en cinco grupos raciales y étnicos. «Es un llamado a la acción para todos nosotros, para comprender las causas fundamentales, para comprender que parte de ello tiene que ver con la atención médica y el acceso a la atención médica, pero que gran parte tiene que ver con el racismo estructural y las políticas, los procedimientos y las cosas que tenemos en marcha que pueden impedir que las personas gocen de buena salud», dijo la Dra. Allison Bryant, una de las autoras del estudio y directora médica sénior de equidad en salud de Mass General Brigham.
Entre las naciones desarrolladas, Estados Unidos tiene la tasa más alta de mortalidad materna, que se define como la muerte durante el embarazo o hasta un año después. Las causas comunes incluyen hemorragias excesivas, infecciones, enfermedades cardíacas, suicidio y sobredosis de drogas.
Bryant y sus colegas de Mass General Brigham y del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington utilizaron datos nacionales de estadísticas vitales sobre muertes y nacimientos vivos. Luego, utilizaron un proceso de modelado para estimar la mortalidad materna por cada 100,000 nacimientos vivos.
En general, encontraron disparidades desenfrenadas y en aumento. El estudio mostró que las altas tasas de mortalidad materna no se limitan al sur, sino que también se extienden a regiones como el medio oeste y a estados como Wyoming y Montana, que tuvieron altas tasas para varios grupos raciales y étnicos en 2019.
Los investigadores también encontraron aumentos dramáticos al comparar la mortalidad materna en la primera década del estudio con la segunda, e identificaron los cinco estados con los mayores incrementos entre esas décadas. Esos aumentos fueron los siguientes:
- 162% para madres indígenas americanas y nativas de Alaska en Florida, Illinois, Kansas, Rhode Island y Wisconsin.
- 135% para madres blancas en Georgia, Indiana, Luisiana, Misuri y Tennessee.
- 105% para madres hispanas en Georgia, Illinois, Indiana, Minnesota y Tennessee.
- 93% para madres afroamericanas en Arkansas, Georgia, Luisiana, Nueva Jersey y Texas.
- 83% para madres asiáticas e isleñas del Pacífico en Georgia, Illinois, Kansas, Michigan y Misuri.
«No me gusta decirlo, pero no me sorprendieron los hallazgos. Ciertamente hemos visto suficiente evidencia anecdótica en un solo estado o en un grupo de estados para sugerir que la mortalidad materna está aumentando», dijo la Dra. Karen Joynt Maddox, investigadora de servicios de salud y políticas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, quien no participó en el estudio. «Es ciertamente alarmante y es evidencia adicional de que debemos entender qué está sucediendo y tratar de encontrar formas de abordar este problema». Maddox señaló que, en comparación con otras naciones desarrolladas, Estados Unidos invierte menos en servicios sociales, atención primaria y salud mental. También mencionó que Missouri no ha financiado adecuadamente la salud pública y, durante los años del estudio, no había ampliado Medicaid. Desde entonces, han ampliado Medicaid y los legisladores aprobaron un proyecto de ley que brinda a las nuevas madres una cobertura de salud de Medicaid durante un año completo. La semana pasada, el gobernador de Missouri, Mike Parson, firmó proyectos de ley presupuestarios que incluyeron 4,4 millones de dólares para un plan de prevención de la mortalidad materna.
En el vecino estado de Arkansas, las mujeres negras tienen el doble de probabilidades de tener muertes asociadas al embarazo en comparación con las mujeres blancas, según un informe estatal de 2021.
El Dr. William Greenfield, director médico de salud familiar en el Departamento de Salud de Arkansas, dijo que la disparidad es significativa y ha «persistido a lo largo del tiempo» y que es difícil determinar exactamente por qué hubo un aumento en la tasa de mortalidad materna de las madres negras en el estado.
Las tasas entre las mujeres negras siempre han sido las peores en la nación, y el problema afecta a personas de todos los niveles socioeconómicos. Por ejemplo, la campeona olímpica estadounidense de atletismo Tori Bowie, de 32 años, murió por complicaciones del parto en mayo.
La pandemia probablemente exacerbó todas las tendencias demográficas y geográficas, dijo Bryant, y «eso es absolutamente un área para futuros estudios». Según datos federales preliminares, la mortalidad materna disminuyó en 2022 después de alcanzar su nivel más alto en seis décadas en 2021, un aumento que los expertos atribuyeron principalmente a la COVID-19. Los funcionarios dijeron que la tasa final de 2022 está en camino de acercarse al nivel anterior a la pandemia, que aún era el más alto en décadas. Bryant dijo que es crucial comprender más sobre estas disparidades para ayudar a centrarse en soluciones basadas en la comunidad y comprender qué recursos se necesitan para abordar el problema.
Arkansas ya está utilizando la telemedicina y está trabajando en varias otras formas de aumentar el acceso a la atención médica, dijo Greenfield, quien también es profesor de obstetricia y ginecología en el Centro Médico de la Universidad de Arkansas en Little Rock y no estuvo involucrado en el estudio.
El estado también cuenta con una «colaboración de calidad perinatal», una red para ayudar a los proveedores de atención médica a comprender las mejores prácticas, reduciendo las cesáreas, manejando complicaciones relacionadas con trastornos hipertensivos y reduciendo lesiones o complicaciones graves relacionadas con el parto.
«La mayoría de las muertes que revisamos y que se han revisado en otros lugares… podrían haberse evitado», dijo Greenfield.