La reputada periodista de investigación Nuria Piera se encuentra en el centro de un debate inesperado, luego de que se descubriera que no posee un título universitario en periodismo.
El Pastor Yovanny Medrano ha desafiado públicamente la reputación y credibilidad de Piera al revelar que esta se declara periodista a pesar de no haber completado una carrera universitaria en periodismo o comunicación social.
En su currículum vitae y biografía, Piera se identifica como abogada y mercadóloga, y se habría limitado a cursar hasta el cuarto semestre de Comunicación Social en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
A pesar de haber destapado casos de corrupción durante más de tres décadas y denunciar a profesionales que ejercen sin título universitario, Piera ha sido acusada de no poseer un título en periodismo ella misma.
Este cuestionamiento a la credibilidad de Piera ha generado un debate en la sociedad dominicana y más allá. Se plantean preguntas éticas como si es aceptable que alguien se declare periodista sin tener un título en periodismo, si la experiencia y la reputación adquiridas ao largo de los años son suficientes para respaldar dicha afirmación, y si Piera puede continuar criticando a otros profesionales por ejercer sin títulos si ella misma se encuentra en una situación similar.
Estas interrogantes arrojan luz sobre el papel de la educación formal en las profesiones y nos invitan a reconsiderar qué significa ser un profesional en el siglo XXI. A medida que esperamos una respuesta de Nuria Piera, nos encontramos inmersos en un acalorado debate que cuestiona las normas que hemos dado por sentado durante mucho tiempo.