Las relaciones entre la República Dominicana y Haití se encuentran en un estado de tensión debido a la construcción de un canal en territorio haitiano que tomaría agua del río Masacre, según el portavoz de la Presidencia dominicana, Homero Figueroa. La República Dominicana ha cerrado sus fronteras con Haití desde el 15 de septiembre como medida de presión para detener la construcción del canal, que cuenta con el respaldo del Gobierno haitiano a pesar de la oposición dominicana.
En una conferencia con medios extranjeros, Figueroa defendió las acciones tomadas por el presidente dominicano, Luis Abinader, destacando que no se trata de un conflicto, sino de diferencias sobre la obra en la frontera norte. La construcción del canal amenaza el ecosistema local, incluyendo la Laguna Saladillo, y representa una violación del Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje de 1929.
El Gobierno dominicano se ha mostrado dispuesto a dialogar con Haití, pero exige la detención del canal como condición para hacerlo. En cuanto a las pérdidas económicas debido al cierre de la frontera, el portavoz mencionó que se están explorando otros mercados para exportar productos dominicanos, especialmente del sector avícola.
Además, se refirió al envío de militares dominicanos para custodiar la frontera como una medida preventiva ante la posible llegada de una fuerza multinacional que ayude a restablecer la paz y la seguridad en Haití, que actualmente enfrenta una situación de violencia y control por parte de bandas armadas en algunas áreas.