Gran Bretaña reafirmó su soberanía sobre las Islas Malvinas después de que Argentina se retirara de un acuerdo de cooperación y exigiera nuevas conversaciones sobre el territorio del Atlántico Sur que desencadenó una guerra en 1982 entre los dos países.
El pronunciamiento se produjo después de que el canciller argentino, Santiago Cafiero, dijera en Twitter que informó al canciller británico James Cleverly sobre la decisión de su país cuando ambos se reunieron al margen de la cumbre del Grupo de los 20 en India la semana pasada.
“Las Islas Malvinas son británicas”, tuiteó Cleverly el viernes por la noche. “Los isleños tienen derecho a decidir su propio futuro: han elegido seguir siendo un territorio británico de ultramar autónomo”.
Anteriormente, Cafiero dijo que le dijo a Cleverly que Argentina había decidido retirarse de un acuerdo de 2016 en el que los dos países se comprometieron a trabajar juntos en una variedad de temas. Si bien ese acuerdo buscaba mejorar la cooperación en el Atlántico Sur, ambas partes continuaron haciendo valer sus reclamos de soberanía sobre las Islas Malvinas, conocidas como Islas Malvinas en Argentina.
Cafiero también dijo que propuso nuevas conversaciones en línea con una resolución de la Asamblea General de la ONU de 1965 que alentó a Gran Bretaña y Argentina a encontrar una solución pacífica a la disputa sobre las islas.
Argentina ha reclamado durante mucho tiempo la soberanía sobre las islas, que están a unos 480 kilómetros (300 millas) de Sudamérica y albergan a unas 3.500 personas.
Argentina argumenta que las islas le fueron arrebatadas ilegalmente en 1833. Gran Bretaña, que dice que su reclamo territorial data de 1765, envió un buque de guerra a las islas en 1833 para expulsar a las fuerzas argentinas que habían tratado de establecer la soberanía sobre el territorio.
Argentina invadió las islas en 1982, desencadenando una guerra de dos meses que se cobró la vida de 255 militares británicos, tres isleños y 649 efectivos argentinos. Las fuerzas argentinas fueron finalmente expulsadas y Gran Bretaña reafirmó su control.
Los residentes en 2013 votaron abrumadoramente a favor de seguir siendo un territorio de ultramar del Reino Unido.
David Rutley, ministro británico para las Américas, expresó su decepción por la decisión de Argentina.
“Argentina ha optado por alejarse de un acuerdo que ha traído consuelo a las familias de los que murieron en el conflicto de 1982”, dijo en Twitter Rutley, quien visitó recientemente Buenos Aires. “Argentina, el Reino Unido y las Malvinas se beneficiaron de este acuerdo”.