El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ratificó la Ley Especial de Reestructuración Municipal, que cambiará drásticamente el mapa administrativo del país. Según esta ley, los actuales 262 municipios se agruparán en solo 44, lo que entrará en vigor el 1 de mayo de 2024.
Los defensores de la nueva ley argumentan que el país tiene un número excesivo de alcaldías para su tamaño y población, y la reestructuración ayudará a reducir la burocracia, mejorar la atención ciudadana y combatir la corrupción. Sin embargo, la oposición critica la falta de diálogo en la elaboración del plan y cuestiona si realmente se reducirá la corrupción con esta medida.
El gobierno asegura que no habrá despidos en las alcaldías actuales, y los cargos que se eliminarán serán los de miembros de concejos municipales y puestos considerados «de confianza». Se espera que la reestructuración municipal genere un ahorro de US$250 millones anuales y promueva una distribución equitativa de bienes y servicios entre los municipios.
La oposición señala que esta reestructuración podría ser una maniobra electoral del oficialismo para acumular más poder, aprovechando la popularidad del presidente Bukele. Las próximas elecciones presidenciales, legislativas y municipales se celebrarán el 4 de febrero de 2024, y se espera que el partido Nuevas Ideas de Bukele obtenga ventaja al concentrar varias alcaldías.
Aunque la reestructuración municipal ha sido considerada un hito histórico por el gobierno, sigue generando debates y críticas sobre su implementación y sus posibles impactos en el desarrollo y la participación ciudadana.