La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su consternación y dolor por el asesinato del sacerdote agustino Javier García Villafaña y exigió una investigación exhaustiva y transparente sobre el trágico suceso.
Los obispos mexicanos condenaron enérgicamente este acto de violencia, señalando que no solo ha arrebatado una vida, sino que también atenta contra la paz y la justicia en la nación. Manifestaron que este triste acontecimiento es un recordatorio doloroso de la grave situación que enfrenta la sociedad mexicana, donde la presencia del crimen organizado y la impunidad amenazan la vida y la seguridad de tantas personas.
El cuerpo del P. Javier García Villafaña fue encontrado dentro de su automóvil en la carretera Cuitzeo-Huandacareo, con heridas de bala, según informó la Fiscalía General del Estado de Michoacán. El sacerdote era párroco de la parroquia de San Marcos, en la localidad de Capacho, en el municipio de Huandacareo.
Este trágico incidente marca el noveno asesinato de un sacerdote durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que comenzó en diciembre de 2018. Cabe recordar que hace casi un año, en junio de 2022, dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados en una iglesia en la localidad de Cerocahui, en el estado de Chihuahua.
Ante esta situación, los obispos mexicanos hacen un llamado urgente a las autoridades competentes para que realicen una investigación exhaustiva y transparente que permita identificar y sancionar a los responsables. También enfatizan la importancia de restablecer el Estado de derecho y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, especialmente aquellos que dedican su vida al servicio de los demás.
La CEM renueva su compromiso de anunciar el Evangelio de la paz y la reconciliación en medio de la adversidad, y promete continuar acompañando a las comunidades, fortaleciendo la fe y promoviendo la justicia, la dignidad humana y el diálogo como medios para la transformación social.
Encomiendan el alma del sacerdote a la misericordia de Dios y aspiran a que este trágico suceso sea una semilla para construir un México más fraterno y solidario. Los obispos hacen un llamado a la intercesión de María, Madre y Consuelo de los afligidos, para ayudar a construir un país en el que reine el respeto a la vida y la dignidad de cada persona.