Según un nuevo estudio del Servicio Geológico de los Estados Unidos, Nueva York está hundiéndose debido al peso de sus rascacielos. Los geólogos afirman que los más de 1 millón de edificios de la ciudad, con un peso de casi 1.7 billones de libras, están provocando un hundimiento a una velocidad de 1 a 2 milímetros por año.
Esta disminución gradual hace que Nueva York sea altamente vulnerable a desastres naturales, especialmente inundaciones, y el Bajo Manhattan está particularmente en riesgo. En el futuro, la integridad estructural de los edificios podría verse comprometida y la amenaza de tormentas severas está aumentando, lo que plantea un desafío significativo para los esfuerzos de mitigación de la ciudad.