Decenas de personas se congregaron el martes frente al consulado español en Sao Paulo para denunciar el racismo que sufre Vinicius, estrella del Real Madrid, en los estadios de los equipos rivales en España.
La discriminación racial hacia el jugador brasileño ha sido objeto de insultos y burlas constantes, lo que ha llevado a la ONU a pronunciarse sobre el tema. En una conferencia de prensa en Ginebra, Volker Turk declaró: «Hacemos un llamamiento a todos los eventos deportivos del mundo para que contrarresten, combatan y prevengan el racismo», calificando los recientes incidentes como «un crudo recordatorio de la prevalencia del racismo en el deporte».
El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) reconoce que «lo sucedido se enmarca en una permanente y total impunidad, durante la presente temporada, de diversas acciones de agresión física y verbal» hacia el jugador. Sin embargo, el problema trasciende el ámbito del fútbol, según denuncian en Brasil. Simone Nascimento, miembro del Movimiento Negro Unido, lamenta: «El Estado español tiene trazas muy fuertes de extrema derecha neofascista que está en contra de la política de inmigración. Así que lo que refleja La Liga es lo que vive la población negra en ese país, por eso Vini (Vinicius Jr) es muy valiente al denunciar la violencia racial».
Las autoridades españolas están decididas a tomar medidas contra los actos racistas sufridos por Vinicius. Tres personas han sido detenidas por proferir insultos racistas y otras cuatro por colgar un muñeco con su camiseta de un puente en enero. Vinicius ha alzado la voz contra el racismo en La Liga, pero la lucha va más allá del fútbol. El periodista y escritor cubano Abraham Jiménez Enoa explica: «Obviamente, nunca he estado en un estadio de fútbol donde miles de personas están gritando ‘¡mono!’, pero en el día a día con cosas que quizás no eran tan agresivas como esta, me he sentido como una mierda. Así que sé por lo que estaba pasando».
Una pancarta de los manifestantes frente al consulado español rezaba: «Si los árbitros lo permiten también son racistas, si los jugadores lo permiten también son racistas».
El Real Madrid ha cerrado filas para proteger a su jugador, mientras que el Valencia ha sido sancionado con el cierre parcial de su estadio durante cinco partidos. Vinicius se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el racismo, una lacra en la que todos tenemos una parte de responsabilidad.