Una encuesta recientemente publicada por el periódico Evening Standard de Londres ha revelado que la princesa Charlotte Elizabeth Diana, de tan solo 8 años de edad, se ha convertido en la niña más rica del mundo, con una impresionante fortuna que se estima en $1,400 millones de dólares. Esta joven royal es la segunda de los tres hijos de los príncipes de Gales, Ghuillemo y Catalina, y además es nieta del rey Carlos III del Reino Unido y de la fallecida princesa Diana.
La princesa Charlotte ha dejado atrás no solo a su hermano mayor, el príncipe heredero George, sino también a hijos de multimillonarios de diferentes rincones del planeta, como Valentina Paloma Pinault y North West, hija de Kim Kardashian. Pero, ¿qué hace a Charlotte tan especial y cómo ha acumulado tal fortuna? Se trata del «efecto Charlotte», una herencia de su madre, Kate Middleton, quien originalmente estableció el término «efecto Kate».
El «efecto Charlotte» provoca que las prendas que la princesa luce en sus escasas apariciones públicas se agoten rápidamente, generando un impacto económico significativo. La consultora Brand Finance ha estimado que a lo largo de la vida de la princesa, este efecto contribuirá con más de 3,500 millones de euros a la economía británica.
Este fenómeno ha llevado a que muchas familias tomen a Charlotte como referencia de moda para sus hijas, en un fenómeno que no ocurre de la misma manera con su hermano George. Es precisamente esta diferencia la que ha impulsado a la pequeña princesa a acumular una fortuna que supera la de su hermano mayor.