A medida que pasan las horas, las posibilidades de supervivencia de la tripulación del submarino Titán se vuelven cada vez más remotas. Sin embargo, expertos sugieren que la gestión adecuada del oxígeno inhalado y el dióxido de carbono exhalado podría añadir horas extras de supervivencia, aumentando la posibilidad de un eventual rescate.
Según el neumólogo David Cornfield, de la Universidad de Stanford, optimizar el uso de oxígeno en un escenario en el que la nave se mantenga intacta podría permitir a los cinco submarinistas aguantar más allá de las 96 horas previstas. Actualmente, se estima que el submarino partió con una reserva de aire respirable de aproximadamente 96 horas, aunque el almirante de la Guardia Costera de Estados Unidos señaló que esa cantidad probablemente se ha reducido a unas 20 horas.
El Titán carece de la capacidad de renovar el oxígeno, pero cuenta con un filtro que elimina el exceso de dióxido de carbono del aire. Esta característica podría proporcionar horas adicionales de supervivencia. Sin embargo, la calma y la capacidad de controlar la ansiedad serán igualmente cruciales, ya que la hiperventilación puede agotar rápidamente el suministro de oxígeno en un ambiente tan reducido como el submarino.
A medida que el tiempo avanza, la concentración de oxígeno en el submarino disminuirá inevitablemente. Esto generará una sensación de ahogo similar al «mal de montaña» en la tripulación. Si el nivel de dióxido de carbono se vuelve demasiado alto, existe el riesgo de adormecimiento, pérdida de conciencia y finalmente la muerte debido a la hipoxia, una deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos. Este tipo de muerte progresiva puede ser rápida debido a la sensibilidad de las células cerebrales a la falta de oxígeno.