En un fenómeno sorprendente, una densa nube de humo proveniente de los incendios forestales en Canadá ha cubierto a Nueva York en las últimas horas, sumiendo a la ciudad en una oscuridad inusual y obligando a los residentes a usar mascarillas. No solo la Gran Manzana se vio afectada, sino que varias ciudades de la costa este de Estados Unidos emitieron alertas por la mala calidad del aire.
La icónica Estatua de la Libertad y el horizonte de Manhattan, que normalmente resplandecen bajo el cielo azul del inicio del verano boreal, se vieron envueltos en una espesa niebla. Ante esta situación, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, instó a los habitantes a limitar su tiempo al aire libre a «las necesidades absolutas» con un toque de ironía.
Según IQAir.com, una plataforma que monitorea la contaminación en todo el mundo, el índice de calidad del aire (AQI) de la ciudad de Nueva York alcanzó 158 en la mañana del miércoles, lo cual se considera «poco saludable». Además, la concentración de partículas diminutas conocidas como PM2.5 era 14 veces mayor que las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La noche del martes, la metrópolis registró un AQI de 218, catalogado como «muy poco saludable» por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Sorprendentemente, en cierto momento de la noche, Nueva York tenía la peor calidad del aire entre todas las grandes ciudades del mundo, según IQAir.
Pero además del impacto en la calidad del aire, este fenómeno también causó un espectáculo visual único. Las imágenes del cielo neoyorquino teñido de tonos rojizos y anaranjados han dado la vuelta al mundo. Esto se debe a la alta concentración de partículas en el aire, lo que genera un fenómeno conocido como dispersión de Rayleigh.
La luz se comporta como ondas y cada color tiene diferentes propiedades físicas. La luz azul, con una longitud de onda más corta, se dispersa con mayor facilidad por las partículas en la atmósfera, mientras que la luz roja y naranja, con longitudes de onda más largas, logra atravesar la atmósfera. Al encontrarse con la densa nube de humo y partículas que cubría Nueva York, la luz azul se dispersó, mientras que la luz roja, naranja y amarilla prevaleció, tiñendo el cielo de la Gran Manzana de un intenso rojo.
La situación continúa siendo monitoreada, y se espera que las autoridades tomen medidas para abordar tanto la calidad del aire como los incendios en Canadá, en aras de proteger la salud y el bienestar de los neoyorquinos y los residentes de la costa este de Estados Unidos.
New York City choking in a thick cloud of smoke from the wildfires ravaging Canada.
— 𝚁𝙰𝙶𝙴 𝙰𝙶𝙰𝙸𝙽𝚂𝚃 𝚃𝙷𝙴 𝚅𝙰𝙲𝙲𝙸𝙽𝙴 (@72powpow) June 7, 2023
Air quality alerts have been issued for more than 100 million US residents. Impressive images of the George Washington Bridge. pic.twitter.com/DqTZnzpD7N