Yevgeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner, acusó al ejército ruso de atacar un campamento de su grupo y causar la muerte de varios de sus hombres. Prigozhin prometió tomar represalias con fuerza, lo que llevó al Ministerio de Defensa ruso a negar las acusaciones, calificándolas de «propaganda informativa». Por su parte, el FSB abrió una causa penal contra Prigozhin por sus amenazas, acusándolo de incitar a una «rebelión armada».
El Grupo Wagner, fundado por Prigozhin como una organización mercenaria, ha estado involucrado en diversas operaciones respaldadas por Rusia en países como Ucrania, Siria y Sudán. Sin embargo, su reputación truculenta y su presunta participación en violaciones de derechos humanos han generado controversia.
Prigozhin, conocido como el «chef de Putin» debido a sus lucrativos contratos de catering con el Kremlin, ha estado en desacuerdo con la cúpula militar rusa en múltiples ocasiones. Sus críticas hacia la falta de suministros y apoyo para sus tropas han sido públicas, y ha utilizado las redes sociales para presionar y presentarse como una figura competente y despiadada en contraste con los líderes militares.
Estos enfrentamientos y acusaciones han llevado a especulaciones sobre hasta dónde puede llegar Prigozhin en su desafío al sistema de poder en Rusia. La situación continúa tensa, dejando interrogantes sobre el futuro de la relación entre Prigozhin, el Grupo Wagner y el gobierno ruso.