El Pentágono trata de limitar en lo posible los daños causados por las filtraciones de sus documentos secretos.
Algunas de las revelaciones filtradas se refieren al secretario general de la ONU, António Guterres, que no sale bien parado. Se sugiere que la Casa Blanca ve al mandatario portugués demasiado dispuesto a complacer los intereses rusos.
El documento en cuestión se centra en el acuerdo sobre los cereales del Mar Negro, negociado por la ONU y Turquía en julio ante el temor de una crisis alimentaria mundial. En él se dice que Guterres estaba dispuesto a promover la capacidad de Rusia para exportar, a pesar de implicar con ello a personas sancionadas y con tal de que Ucrania pudiera sacar su grano al mundo.
Gran parte de la información filtrada en los últimos días se refiere a la guerra de Ucrania. Los documentos clasificados van desde diapositivas con mapas de las posiciones militares ucranianas hasta el apoyo internacional al país. Se teme que las filtraciones puedan afectar a los planes de contraofensiva de Ucrania.
En Kiev, a pesar de todo, los ucranianos se muestran optimistas.
«Espero que nuestros socios estadounidenses comprendan y vean los errores que se han cometido», dice Serhii Bos, residente de la capital ucraniana. «Desde el punto de vista de lo que se expuso, de lo que se publicó en los medios de comunicación, hay ciertos puntos inquietantes. En cuanto a la desmotivación, nada cambia. Todo sigue como está. Tenemos que recuperar nuestra tierra».
«Confío en Joe Biden», asegura por su parte Nataliia Maltseva. «Sé que es una persona con experiencia que ama a Ucrania. Estoy segura de que todo irá a mejor».
Desde el Pentágono ya han iniciado su propia investigación interna sobre el origen de la filtraciones, publicadas en Discord por un antiguo miembro de una base militar. Según el Washington Post, el responsable es un joven, de entre 20 y 25 años de edad, apasionado por las armas de fuego.
La inteligencia estadounidense asegura igualmente restar importancia a los temores de que estas podrían erosionar la confianza de los aliados de Estados Unidos en el intercambio de información en el futuro.