En el corazón de Afganistán, la furia de las inundaciones ha cobrado un trágico peaje, dejando un rastro de destrucción y luto. Según las autoridades locales, seis personas han perdido la vida y más de un centenar de viviendas han sido reducidas a escombros en el centro del país. La calamidad natural golpeó sin piedad la ciudad de Firuzkoh, capital de la provincia de Ghor.
En un fatídico incidente ocurrido el martes, las aguas enloquecidas arrastraron consigo una vivienda, cobrando la vida de tres mujeres y un niño, como lamentablemente confirmó Abdul Wahid Hamas, portavoz del gobierno provincial. Además, dos personas resultaron heridas y una tercera aún está desaparecida, generando angustia y preocupación en la comunidad.
No muy lejos de allí, en el distrito de Pasaband, la tragedia se repitió una vez más. Una mujer y un hombre fueron arrastrados implacablemente por la corriente y sus cuerpos sin vida fueron encontrados posteriormente, según informó la misma fuente oficial. El impacto de estas inundaciones catastróficas se extiende más allá de las vidas humanas, ya que más de un centenar de hogares han sido completamente destruidos y unas 250 hectáreas de tierras agrícolas han quedado arrasadas, sumiendo a las comunidades locales en una profunda desesperación.
Estos trágicos eventos ocurren en un momento en que Afganistán se encuentra sumido en una de las peores crisis humanitarias del mundo. Con más de la mitad de la población, aproximadamente 22,8 millones de personas, enfrentando una inseguridad alimentaria aguda y tres millones de niños en riesgo de malnutrición, el país ya está luchando contra adversidades aplastantes. Ahora, estas devastadoras inundaciones han añadido otra capa de sufrimiento a una nación que necesita desesperadamente apoyo y solidaridad internacional.