Corea del Norte lanzó nuevamente un misil balístico no identificado este jueves por la mañana en dirección al Mar del Este -también conocido como Mar de Japón-.
El Estado Mayor Conjunto del Sur pudo determinar que se habría tratado de un proyectil de clase ICBM. “Corea del Norte lanzó lo que parece ser un misil balístico”, informó el primer ministro Fumio Kishida pasadas las 10:30 horas, según recoge el medio local Yonhap.
Sin embargo, las autoridades de Japón activaron el sistema de alerta de protección civil J-Alert en la región septentrional de Hokkaido que dispuso una evacuación inmediata de los habitantes y los instó a ponerse a refugiarse ante el posible paso del misil. “Evacúen inmediatamente. Evacúen inmediatamente”, dijo el gobierno en una advertencia, pidiendo a los residentes que entraran a los edificios o fueran bajo tierra y advirtiendo que se esperaba que el misil cayera alrededor de las 8:00 am hora local (1100 GMT).
Momentos más tarde, los funcionarios de la ciudad de Asahikawa escriberon en su cuenta de Twitter que ya no había un motivo de alerta ya que la guardia costera segura que el misil tocó suelo. “Después de confirmar la información, no hay ninguna posibilidad de que el misil caiga sobre Hokkaido o zonas cercanas a la región”, escribieron citando a la red de emergencia del gobierno nacional.
Este lanzamiento se suma al aluvión de misiles que el régimen de Kim Jong-un ha ordenado en los últimos meses -precisamente ya van quince en el 2023- en señal de rechazo a las maniobras militares entre Seúl y Washington y como vidriera de su arsenal y su capacidad militar.
En medio de esta creciente tensión y en línea con su propuesta de una estrategia más “práctica y ofensiva”, el líder norcoreano mantuvo este lunes una reunión con la Comisión Militar Central en la que discutió nuevas formas de “hacer frente a la escalada de movimientos de los imperialistas estadounidenses y los traidores títeres surcoreanos para desatar una guerra de agresión”, comentaron desde la Agencia Central de Noticias Coreana de Pyongyang.
Fue en este encuentro que el dictador ordenó reforzar su capacidad de disuasión hasta lograr maniobras “cada vez más rápidas”, algo que ya se preveía luego de que, a principios de año, ordenara a su ejército instruirse para una eventual “guerra real”.
Corea del Norte considera las maniobras militares lideradas por Estados Unidos en la región como una prueba de la capacidad de las tropas allí. Es por ello que, en el último tiempo, Pyongyang ha centrado sus esfuerzos en fortalecer su sistema de defensa y ha desarrollado armas nucleares para repeler cualquier tipo de ataque.
Recientemente, Kim incluyó en estos ejercicios de práctica la prueba de un drone nuclear submarino, capaz de generar tsunamis radiactivos.
Este arma, bautizada como Haeil-2, puede ser desplegada en cualquier costa o remolcada por un buque de superficie para su operación y ha demostrado ser fiable y tener una capacidad de ataque “mortífera”, según el régimen.
La aparición de este arma ha puesto en alerta a Estados Unidos y la vecina Corea, que reforzaron sus ejercicios y remarcaron, a la par, que no tienen intención alguna de invadir el Norte.
En tanto, el hermetismo que rige en el país ha llevado a los expertos a preocuparse ya que se desconoce si Pyongyang ya tiene en su poder ojivas nucleares lo suficientemente pequeñas y ligeras como para caber en misiles, algo que bien podría ser un hecho o estar próximo a serlo dado que el régimen se declaró una potencia nuclear “irreversible” y puso fin a las conversaciones de desnuclearización.
Por otro lado, el lanzamiento se produjo en un contexto de silencio por parte del régimen, que cortó unilateralmente las comunicaciones telefónicas trasnfronterizas, una actitud señalada de “irresponsable” por Seúl.
El Ministerio de Unificación surcoreano dio cuenta de la falta de respuesta a las llamas por parte de Pyongyang, que comenzó el pasado 7 de abril y se replicó en las líneas de comunicación militar oriental y occidental.
Este “aislamiento sin explicaciones” viola el Acuerdo para la Protección de Inversiones Intercoreanas que ambas Coreas mantienen, así como la Ley del Complejo Industrial Gaeseong de Corea del Norte.
Al respecto, el Sur aseguró que adoptará “todas las medidas, incluidas acciones legales” para conseguir una rendición de cuentas por las actividades ilegales.