Según informes de la prensa estadounidense, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado luz verde al suministro de bombas de racimo a Ucrania, a pesar de la prohibición existente para la producción, uso y suministro de este tipo de armas. Se espera que Biden haga un anuncio oficial al respecto este viernes.
La decisión ha generado controversia, ya que organizaciones como Human Rights Watch (HRW) han instado a Estados Unidos a no proporcionar este tipo de armamento. La medida llega en un momento en que Ucrania experimenta una disminución en sus arsenales de munición convencional suministrada por países occidentales, mientras crece la preocupación por la lenta contraofensiva ucraniana contra las tropas rusas en el sureste del país.
Tanto las fuerzas ucranianas como las rusas han sido acusadas de utilizar bombas de racimo, un tipo de munición prohibida en la mayoría de los países. Mijailo Podoliak, asesor de la oficina presidencial ucraniana, defendió el suministro de estas armas por parte de Estados Unidos, señalando que los «activistas por los derechos humanos» están lanzando una agresiva campaña para socavar el apoyo a Ucrania en lugar de expulsar a Rusia de las Naciones Unidas.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que corresponde a cada Estado miembro de la Alianza decidir de manera individual si proporcionar bombas de racimo a Ucrania. Estas armas explosivas liberan múltiples submuniciones en un área amplia, muchas de las cuales no estallan, lo que representa un riesgo de seguridad a largo plazo para la población civil.