A poco más de tres meses de que Bad Bunny visitara México como parte del World’s Hottest Tour y miles de fans reportaran irregularidades respecto al acceso al evento en la capital del país, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que la boletera Ticketmaster ha reembolsado el costo de dos mil 155 boletos.
Mediante un comunicado, la dependencia encabezada por Ricardo Sheffield detalló que, además del precio de las entradas, se ha garantizado el pago de una compensación de 20 por ciento adicional a las personas que resultaron afectadas.
La indemnización fue confirmada por la Procuraduría mediante los comprobantes de reembolso presentados por Ticketmaster en cumplimiento de sus servicios como proveedora, conforme a los artículos 37, 92 Bis. y 92 Ter. de la Ley Federal de Protección al Consumidor.
Según los datos compartidos por la institución federal, el monto total que ha reembolsado la empresa ascendió a 18 millones 154 mil 367 pesos, de los cuales tres millones 62 mil 407 corresponden a la compensación contemplada en la normativa mencionada.
Cabe mencionar que de las dos mil 155 personas que ya recibieron su dinero de vuelta, sólo mil 86 habían acudido a la Profeco para tener el acompañamiento en este proceso. Al respecto, la dependencia especificó que aún tiene en sus manos 55 quejas que continúan en proceso de resolución. Una vez que se entregue el reembolso e indemnización correspondiente, la Procuraduría cerrará el caso de los conciertos de Bad Bunny.
Las mil 69 personas restantes exigieron y consiguieron la devolución de su dinero directamente con Ticketmaster.
En un recuento de los hechos, la Profeco recordó que en la primera presentación de Bad Bunny en el Estadio Azteca, el 9 de diciembre de 2022, un estimado de entre dos mil y tres mil fans se quedaron sin entrar al recinto.
La primera explicación que brindó la boletera fue que su sistema de lectura de boletos presentó múltiples fallas, lo que impidió que miles de personas accedieran a pesar de tener su boleto. Este problema se concentró en la zona de cancha y causó un gran revuelo en las redes sociales.
Para atender la situación y evitar que se repitiera durante el siguiente concierto, ocurrido el 10 de diciembre, la Procuraduría desplegó un operativo especial en el Estadio Azteca con un equipo de verificadores. El personal de la Profeco llegó desde la tarde de aquel día a los distintos accesos de la sede.
En contraste con lo ocurrido en el primer concierto, el ingreso al evento “fluyó sin mayores problemas”, pues fueron sólo 110 personas las que reportaron que no pudieron entrar.
Una de las medidas que implementó la Profeco en atención a las miles de quejas que detonó este acontecimiento fue la apertura de un micrositio, a través del cual las y los afectados podían presentar sus quejas y solicitar el reembolso del boleto, así como la bonificación adicional del 20%.
En su defensa ante los inconvenientes a las y los consumidores, Ticketmaster anunció en su momento que una gran cantidad de los boletos rechazados no habrían sido adquiridos por los canales oficiales o de manera legítima. Además, acusaron que algunas personas habrían tratado de ingresar con copias fotostáticas de entradas reales. Por tal motivo, la boletera presentó dos denuncias.
Respecto a las fallas en su sistema de escaneo, detallaron que se habrían originado por la “alta concentración de dispositivos móviles”, pues la señal con la que operan sus equipos habría presentado intermitencias, lo que derivó en que “la lectura de los boletos se estancara en los dispositivos mientras no tenían conexión”.