En la región de Latinoamérica y el Caribe, 56 millones de personas pasan hambre y/o tienen problemas de malnutrición.
Mario Lubetkin, representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), dijo a EL DÍA que el monto global asciende a los 828 millones de personas y que el 40 % de los habitantes de la región son clasificados en condiciones de riesgo.
“Los datos que definen este escenario son agravados porque hablamos de 56 millones de personas que pasan hambre y que equivalen a un 30 % más que en el periodo previo a la pandemia”, expresó Lubetkin.
Auxiliado por el representante local del organismo, Rodrigo Castellanos, Lubetkin declaró que en República Dominicana los indicadores de hambre pasaron de 8.3 a 6.7 en 2022.
Colectividad
El hambre y los problemas de desnutrición deben ser enfrentados colectivamente con el concierto de las naciones.
Lubetkin declaró que la discusión no debe centrarse en si los gobiernos son de izquierda o de derecha y que el elemento que debe primar en las discusiones es la búsqueda permanente de soluciones.
Sugirió que los países que integran el organismo en la región puedan estudiar y validar aquellas prácticas que resultaron favorecedoras para sus vecinos.
Incorporación
La integración de múltiples instituciones en la lucha contra el hambre ha sido la marca de la gestión de Lubetkin, quien desde que asumió en agosto del pasado año ha integrado a las discusiones del organismos a los ministerios de Educación, Economía y medio Ambiente y no sólo Agricultura, como comunmente se hacía.
Desde su óptica, se necesita la participación de educadores para lidiar con la desnutrición, pues en muchos casos, no es la carencia de recursos lo que la provoca, sino la falta de información.
Entiende que se debe poner énfasis especial en los etiquetados y las normas legales que lo rigen, para que el consumidor sepa lo que su organismo necesita y qué le aporta el producto alimenticio que adquiere en un mercado.
Transformar
En el último informe publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los peritos sugieren transformar los sistemas agroalimentarios resaltando que tal cosa es esencial para adaptarse al cambio climático provocado por el ser humano y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe de síntesis, el último del sexto ciclo de evaluación, elaborado en el marco de una iniciativa de colaboración entre gobiernos y científicos de todo el mundo, confirma que las actividades humanas, principalmente debido a las emisiones de GEI, han provocado de forma inequívoca el calentamiento mundial.
Entre estas pueden mencionarse prácticas insostenibles de uso de la energía, uso de la tierra y cambios en el uso de la tierra, así como modalidades de consumo y producción insostenibles.
El informe subraya que el 22 % de las emisiones mundiales de GEI procede actualmente de la agricultura, la actividad forestal y el uso de la tierra.
En la síntesis también se presenta un claro camino a seguir, recalcando que la solución reside en un desarrollo resiliente al clima y en medidas integrales de adaptación al cambio climático que a la vez reduzcan o eviten las emisiones de GEI.
“La agricultura y la seguridad alimentaria están ya amenazadas por el cambio climático, en particular en los pequeños Estados insulares en desarrollo, los países menos adelantados y los países sin litoral, lo que afecta los medios de vida de los pequeños agricultores, los pastores, las personas que dependen de los bosques, los pescadores, los pueblos indígenas y las mujeres”, afirmó la Sra.
María Helena Semedo, directora general Adjunta de la FAO.
“Debemos actuar de inmediato a gran escala. Resulta fundamental crear sistemas agroalimentarios sostenibles”, subrayó.