Michael Jordan, ampliamente considerado como uno de los más grandes jugadores de baloncesto de todos los tiempos, ha alcanzado una posición única en la historia financiera del deporte. Con un patrimonio neto impresionante de $3.5 mil millones, el legendario jugador de los Chicago Bulls se erige no solo como una leyenda de la cancha, sino también como el jugador de la NBA más rico en la historia.
La riqueza de Jordan experimentó un aumento significativo después de vender su mayoría de acciones en los Hornets este mes por $3 mil millones a Gabriel Plotkin, magnate de fondos de cobertura, y Rick Schnall, mogol de capital privado. Este exorbitante patrimonio es un reflejo del camino de éxito que Jordan ha recorrido a lo largo de los años, tanto en el baloncesto como en el mundo empresarial.
Aunque Jordan cosechó logros inigualables en la cancha, incluyendo seis títulos de la NBA y numerosos premios MVP, su fortuna actual proviene de diversas fuentes. Además de la venta de los Hornets, el acuerdo de licencia de su marca de ropa Jordan con Nike ha sido un pilar fundamental de su riqueza. En 2021, Nike reportó que la colaboración con Jordan generó $5.1 mil millones en ingresos para la compañía, lo que representa un asombroso 11% de las ventas totales de Nike.
El contrato de Jordan con Nike incluye un salario base de $500,000 por año y regalías del 5% sobre las ganancias de la marca Jordan. Esta asociación también involucra pagos adicionales por concepto de bonos y acuerdos de respaldo, cuyos detalles se mantienen confidenciales desde que Jordan lo firmó hace casi cuatro décadas.
A lo largo de los años, Jordan también estableció lucrativos acuerdos de respaldo con marcas como Hanes, Gatorade, Chevrolet, McDonald’s, Wheaties y Upper Deck. Su famosa relación con Gatorade, por ejemplo, se tradujo en el icónico comercial televisivo «Be Like Mike», que le generó un estimado de $1.4 millones anuales.
Aunque los detalles exactos de los ingresos de Jordan de estos acuerdos permanecen en gran parte desconocidos, su impacto ha sido innegable, culminando en su estatus como el primer jugador de la NBA en alcanzar el estatus de multimillonario en 2014, a los 51 años de edad.
El patrimonio de Jordan se extiende más allá de las finanzas, ya que también posee una impresionante cartera inmobiliaria. Desde su mansión en Florida, su propiedad en Chicago, hasta sus propiedades en Carolina del Norte y Utah, Jordan ha construido un imperio en el mundo de los bienes raíces que refleja su excelencia en los negocios y en el deporte.
Este camino de éxito sigue evolucionando, con Jordan involucrado en iniciativas empresariales diversas, incluyendo su equipo de carreras Nascar y su participación en empresas de apuestas deportivas. Su historia es un testimonio de cómo el talento, el trabajo arduo y la visión empresarial pueden convertir a un atleta en un ícono financiero de proporciones históricas.