Recientemente se viralizó un video en el que un turista inscribía su nombre y el de su pareja en el Coliseo de Roma, generando indignación. Los ministros de Cultura y Turismo de Italia se comprometieron a encontrar al responsable y, cinco días después, lograron identificarlo. Se trata de Ivan Dimitrov, un profesor de fitness de 27 años, y Haley Bracey, una nutricionista deportiva de 33 años, ambos originarios de Bulgaria y residentes en el Reino Unido.
En una carta enviada a la Fiscalía de Roma, al alcalde Roberto Gualtieri y al ayuntamiento de la capital italiana, Dimitrov ofreció una disculpa en la que afirmó desconocer la antigüedad del monumento y expresó su vergüenza por su acción. Aunque se desconoce si se han presentado cargos formales en su contra, el Ministerio de Cultura italiano manifestó su disposición a actuar como parte civil en caso de una denuncia.
El turista se disculpó con los italianos y el mundo entero por los daños causados a un patrimonio de la humanidad y destacó el cuidado y dedicación del ayuntamiento de Roma para preservar el valor histórico y artístico del Coliseo. Aunque intentó justificarse argumentando que se enteró de la antigüedad del monumento después del incidente, reconoció la gravedad de su acto y expresó arrepentimiento por las posibles consecuencias legales.
Este no es el primer caso de vandalismo en el Coliseo. En 2014, un turista ruso fue multado y condenado por grabar una letra en una pared del monumento, mientras que en años posteriores, turistas estadounidenses también fueron citados por daños agravados por grabar sus nombres en el lugar. El lobby turístico italiano pronostica un año récord en visitas a Italia en 2023, superando los niveles pre-pandemia.
Es fundamental recordar la importancia de respetar y preservar el patrimonio histórico y cultural, así como tomar conciencia de las consecuencias legales y éticas de los actos de vandalismo en monumentos emblemáticos.