En conmemoración al sexagésimo cuarto aniversario de la destacada expedición armada del 14 de junio de 1959, se presenta un breve repaso de este hecho trascendental en la historia dominicana.
La dictadura de Rafael Trujillo, que se había instaurado en 1930, sumió al país en un estado de terror y opresión. Trujillo había convertido al Estado dominicano en su propia hacienda personal, mientras el exilio se convertía en la única opción para aquellos que se oponían a su régimen. El Estado de derecho era una mera ficción en ese contexto.
Ante la opresión y la calamidad que azotaban al pueblo dominicano, se habían llevado a cabo varios intentos de derrocar a Trujillo mediante expediciones organizadas por exiliados. Sin embargo, estas conspiraciones fueron descubiertas internamente y sus líderes fueron encarcelados o asesinados.
En 1959, en Cuba, se estaba llevando a cabo una lucha armada contra la dictadura del general Fulgencio Batista. Tras el triunfo de la Revolución cubana el 1 de enero de ese mismo año, liderada por Fidel Castro, se crearon condiciones propicias para emprender una acción militar contra la opresión en la República Dominicana.
Bajo el respaldo de Cuba, se organizó una fuerza expedicionaria que desembarcaría en territorio dominicano el 14 de junio de 1959. Esta fuerza estaba integrada por combatientes de diversas nacionalidades, como costarricenses, puertorriqueños, españoles, guatemaltecos y estadounidenses, entre otros. El objetivo de la expedición era derrocar a Trujillo y establecer un gobierno democrático, además de garantizar tierras para los campesinos, educación y atención médica gratuita, entre otras demandas de contenido social.
Aunque la expedición enfrentó dificultades en la coordinación y fue infiltrada por agentes del régimen trujillista, logró desembarcar en Constanza el 14 de junio de 1959. Sin embargo, la Aviación Dominicana bombardeó las zonas donde se sospechaba que se encontraban los guerrilleros. La lucha fue desigual y las fuerzas armadas del régimen, movilizando al campesinado y a fuerzas paramilitares, ejercieron una feroz represión contra los expedicionarios.
Aunque la expedición no logró una resistencia sostenida, sí tuvo un impacto político significativo al demostrar que Trujillo podía ser desafiado y potencialmente derrocado. En el plano político, marcó el inicio del desmembramiento del régimen y motivó la participación de sectores sociales que habían estado ausentes en la lucha contra la dictadura.
A pesar de los sacrificios y las pérdidas sufridas, el ejemplo de la expedición del 14 de junio de 1959 debe perdurar enla memoria del pueblo dominicano, sirviendo como un recordatorio de la lucha por la libertad y la democracia. Es importante que la sociedad dominicana continúe fortaleciendo su lucha por una mayor democracia y para evitar cualquier forma de exclusión, honrando así el legado de los mártires de junio de 1959.