Diversas teorías científicas y especulaciones han planteado posibles escenarios para el fin del mundo. Entre las más conocidas se encuentra el temor al calentamiento global y el cambio climático, donde la acumulación de gases de efecto invernadero podría desencadenar efectos devastadores en el ecosistema y la vida en la Tierra. Otros apuntan hacia el agotamiento de recursos naturales, como el agua potable y los combustibles fósiles, como una amenaza que podría desencadenar conflictos y colapsos sociales a gran escala. Además, existen preocupaciones sobre pandemias globales y catástrofes naturales, como impactos de asteroides o erupciones de supervolcanes, capaces de generar consecuencias catastróficas.
Sin embargo, recientemente los científicos han presenciado un fenómeno cósmico sin precedentes: una estrella tragándose un planeta. Este descubrimiento, revelado por astrónomos, muestra cómo una estrella similar al sol engulló un gigante gaseoso del tamaño de Júpiter o incluso más grande. Este evento cósmico ocurrió hace miles de años en la constelación de Aquila, cuando la estrella estaba en una etapa avanzada de su vida y creció lo suficiente como para devorar al planeta. Se cree que este mismo destino espera a la Tierra cuando nuestro sol se transforme en una gigante roja y absorba a los planetas más cercanos.
Aunque se han observado indicios previos de estrellas devorando planetas y sus secuelas, esta es la primera vez que se ha presenciado el momento exacto en que un planeta es engullido. Según los investigadores, durante este evento cósmico se produjo un estallido de luz seguido de una corriente de polvo que emitía energía infrarroja fría.
Si bien este acontecimiento puede resultar inquietante, los científicos nos tranquilizan al afirmar que ocurrirá dentro de aproximadamente 5.000 millones de años. Este fascinante hallazgo proporciona valiosos conocimientos sobre los fenómenos astronómicos y nos invita a reflexionar sobre la vastedad y complejidad del universo.