La hidratación es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, y existen diversas opciones de bebidas para cumplir con esta necesidad. Un estudio reciente se propuso determinar cuál de estas bebidas nos hidrata mejor, y los resultados revelaron que el agua no ocupaba los primeros lugares.
En primer lugar, es importante entender que cuando hablamos de «agua», nos referimos al óxido de dihidrógeno (H2O), aunque en realidad consumimos agua que contiene minerales y otros compuestos. En este sentido, el agua mineral, como la que encontramos en el grifo o embotellada, es considerada una mejor opción que el agua destilada, ya que el consumo de esta última puede tener un efecto diurético y alterar el equilibrio de electrolitos en nuestro cuerpo.
Las bebidas que consumimos son compuestos líquidos que contienen agua y otros componentes químicos disueltos. Por ejemplo, la leche está compuesta por aproximadamente un 85% de agua, además de proteínas, grasas y carbohidratos. Otro ejemplo son los sueros orales, los cuales se basan en agua con sales y otros compuestos que ayudan a reponer no solo el agua perdida, sino también los electrolitos y algunos nutrientes.
El estudio en cuestión se centró en analizar diversas bebidas para determinar cuál tenía el mayor índice de hidratación. Utilizando el Índice de Hidratación de Bebidas (BHI), basado en la cantidad de orina eliminada en las cuatro horas posteriores al consumo de la bebida, los investigadores encontraron que el agua no ocupaba una posición destacada.
Según los resultados, la leche desnatada obtuvo el mayor BHI, seguida de los sueros orales y la leche entera. Estas tres bebidas demostraron resultados significativamente superiores (con un 99% de confianza) en comparación con el agua. El zumo de naranja también obtuvo un resultado significativamente superior al agua, aunque en un nivel inferior (95%). Sin embargo, en condiciones normales, la deshidratación no suele ser un problema, y beber agua y consumir frutas ricas en este líquido es suficiente para mantenernos hidratados.
Es importante tener en cuenta otros factores al elegir una bebida, más allá de su capacidad de hidratación. Estos incluyen el contenido de azúcares, carbohidratos, grasas y otros nutrientes. Por ejemplo, la leche puede aportar nutrientes beneficiosos, pero la lactosa puede ser indigestible para algunas personas. Por otro lado, algunas bebidas como refrescos y bebidas isotónicas tienen índices de hidratación similares al agua, pero su alto contenido de azúcares y edulcorantes puede no ser apropiado en ciertas circunstancias. En última instancia, el equilibrio es clave tanto a nivel celular como en nuestra elección de bebidas.