En el salvamento arqueológico del Tren Maya, cerca de la antigua ciudad maya de Chichén Itzá, se ha encontrado una canoa de madera antigua rodeada de esqueletos humanos y animales. Expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México y del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia han mostrado interés en este descubrimiento, sugiriendo que la canoa pudo haber sido utilizada en un ritual.
La embarcación y los huesos fueron descubiertos en 2021 por buzos en una cueva submarina a una profundidad de 4.6 metros. Los estudios iniciales indican que la canoa podría haber sido depositada como una ofrenda debido a la presencia de diversos huesos, incluyendo un metatarso humano y huesos de armadillos, perros, pavos y águilas.
Según la cosmovisión maya, el armadillo tenía un importante simbolismo y era considerado un avatar de la deidad del inframundo conocida como Dios L. Los arqueólogos sugieren que la representación de huesos de armadillo en la canoa podría estar relacionada con la entrada de este animal al inframundo según las creencias mayas.
La estructura de la canoa respalda la teoría de que fue utilizada con fines rituales, ya que su morfología sugiere que su navegación en aguas turbulentas habría sido limitada. Aunque inicialmente se estimó que la canoa databa de los años 830 a 950 d.C., nuevos análisis de carbono indican que la madera en realidad pertenece al siglo XVI.